Y ahí seguía hospitalizada

Es cierto que el medicamento que me habían dado durante la hospitalización me ayudaba un poco porque conseguía mantenerme más calmada y el dolor no era tan insoportable. Lo que no se detenían eran los cientos de pensamientos que llegaban a mi cabeza. 

En cuanto pude, y después de ser informada de todo, tome el teléfono celular para explicarle a mi novio lo que pasaba y que tendría que quedarme allí, al menos 3 días. La sólo idea de 3 días, con sus 72 horas se me hacía eterno. 

Ese mismo día, pero ya de madrugada llegaron a mi habitación para continuar haciéndome pruebas. En este caso, me hicieron una tomografía. La idea con esto era descartar la posibilidad de que hubiera piedras en el conducto biliar.

De alguna manera era un poco una lotería. Con cada prueba que me hacían yo casi contenía el aliento cuando debía saber el resultado, esperando que todo estuviera en orden. Por suerte, no, no tenía piedras en la vesícula. Continuaron sacándome sangre para ver algunos valores como el colesterol o los triglicéridos. A este punto me informaron de que no podía comer y que, por el momento, sería alimentada sólo a través del suero. Durante esos tres días de hospitalización iba a ser monitoreada y después verían cómo continuar. 

Pesadilla de una hospitalización

Lo que más recuerdo es que me hacían todo tipo de preguntas sobre mi estilo de vida; qué comía, qué bebía, cuál era mi estado anímico. Empecé a darme cuenta de que lo uno tenía mucho que ver con lo otro y que en mi vida faltaba el orden y una cierta estabilidad si de verdad quería salir de esa espiral que se había creado. 

No sé decir en qué momento de la noche conseguí dormir pero sí que sé que, a un cierto punto, el cansancio fue mucho más fuerte que yo. Eso, y el medicamento que me habían suministrado.

Pese a que conseguí dormir algunas horas, el tiempo parecía pasar más lento que nunca en aquel hospital. Fueron 3 días de constantes pruebas. Las que se sucedieron fueron para medir los niveles de amilasa y lipasa. Y si no sabes lo que son, pues yo tampoco lo sabía hasta entonces. Básicamente te saben decir en qué condiciones se encuentra tu páncreas. En mi caso, y pese a que estaba mejorando, me dijeron que no podría irme a casa todavía, que mejor esperar un día más. 

Estamos tan acostumbrados a ciertas cosas que, a veces, no las valoramos. Yo, al cuarto día de hospitalización pude volver a comer sólido. O, al menos, me dejaron intentarlo. Una ensalada de espinacas era lo que me estaba esperando. Quise hacerlo pero el dolor fue mucho más fuerte y hubo que seguir esperando un poco más sin comer y sin beber y teniendo por aliado de supervivencia solo al suero. 

Por si fuera poco, quedaba lidiar con otra batalla: el alcohol. Los médicos, en este punto, fueron muy claros y directos. No había opción B. El alcohol había que eliminarlo. Ellos, de hecho, querían “ayudarme” con pastillas para que dejara este hábito. Y pongo entre comillas ese “ayudarme” porque yo me negaba en rotundo. Desde mi punto de vista, esa medicación también se podría convertir, con el tiempo, en una adicción. Y, además, yo las había probado ya en el pasado y no me gustaba nada cómo me hacían sentir. 

Adios al hospital…

Por suerte, el sexto día llegó y las esperanzas con él. Los análisis mostraron que estaba mucho mejor y que podía volver a casa. Había pasado la Navidad en el hospital y éste era el mejor regalo que me podían hacer. 

Volví a casa pero sabía que nada podría volver a ser como antes si quería mejorar, si quería evitar ese infierno que fue la hospitalización. Durante tres días, sólo pude tomar líquidos y, después, cosas muy suaves como pollo, pescado o vegetales. Las semanas que vinieron después fueron casi de tener miedo a la hora de comer, tratando de cuidar cada detalle y sintiendo, por desgracia, todavía dolor.

Empezaba a ser muy consciente de todo lo que suponía el tener pancreatitis.

6 Comments

  1. Es una historia triste de mi hija desde los 3 años sufre del pancreas cae muchas veces no se que hacer esta bn desmotivada y no se si tendra solucion su mal quisiera informarme mas y terminat con ese dolor para ella

  2. podrías investigar sobre un pequeño tumor en el páncreas, todavía no me hacen bipcia y estoy de estudio en estudio, dicen que estoy muy bien en mis pruebas pero el tumor sigue ahí, el dolor de espalda y estómago me lo controlan con tramadol

    1. Hola Maria! afortunadamente cada caso es diferente y si los medicos consideran que tus pruebas están bien, ojalá sea un tumor que se puede eliminar sin mayores consecuencias. espero que pronto te den una respuesta, mantenme informada por favor.

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