¿Como terminé en el hospital?

Ese viaje al hospital a mí se me hizo eterno. Tanto es así que tenía la sensación de que mi novio conducía más lento de lo normal y le pedía acelerar, pero él ya iba a la velocidad máxima permitida.

El dolor que sentía era insoportable y a esto se añadía el cansancio por no haber podido dormir y un frío tremendo que complicaba aún más las cosas. Yo sólo podía pensar en que quería que todo eso pasara y que pasara cuanto antes. Mi cabeza no daba para más.

Con toda la situación del Covid19, cuando por fin conseguimos llegar al hospital tuve que entrar sola. Enseguida se dieron cuenta de que yo no estaba bien y me dieron una silla de ruedas. La verdad es que esto ayudó porque aunque el dolor persistía el mantenerme en pie no era una opción.

¿Como se diagnostica la pancreatitis?

Me preguntaron qué era lo que me pasaba y después de explicarles un poco me tomaron los signos vitales. Después de eso, me tocó esperar y mucho. No recuerdo el tiempo que pasé en la sala de espera hasta que el doctor llegó, pero me pareció una eternidad.

Cuando por fin el doctor entró en escena me volvió a preguntar sobre qué me pasaba y le expliqué los síntomas que tenía y lo mal que me encontraba. Por suerte, me dieron medicamentos para aliviar el dolor y me tomaron una muestra de sangre.

Pasaron, más o menos, unos 45 minutos cuando el mismo médico volvió y lo primero que me preguntó era si yo bebía mucho. Para ser sincera no entendí el porqué de esta pregunta al inicio y fue el mismo doctor el que me indicó que tenía pancreatitis y que suponían que el origen de la misma podía ser el exceso en el consumo de alcohol. Sabiendo esto, fui honesta y dije que sí, que bebía bastante alcohol. Mucho, en realidad.

El dolor físico estaba bastante controlado gracias a la medicación (aunque todavía lo sentía) pero ahora aparecía uno casi peor: el miedo. El doctor me dijo que me tendría que quedar en el hospital y esto sí que no me lo esperaba para nada.

Pensaba que, de alguna manera, me diagnosticarían, me ayudarían con algunos medicamentos, quizás un tratamiento a seguir, pero podría volver a mi casa. En lugar de eso, me dijeron que, por un tiempo, mi nueva casa estaba ahí, en el hospital y que no podía irme.

Analizando mi situación.

¿Sabes lo que se dice que hay un momento en el que toda tu vida te pasa por delante? Yo estaba reviviendo todo lo que había hablado con amigos que tenían pancreatitis. De repente, recordaba conversaciones sobre esta enfermedad y me asusté. Me asusté mucho. Los amigos que tengo con pancreatitis me habían hablado de esta enfermedad y de que es bastante grave, incluso algunos de ellos han pasado mucho tiempo en el hospital, han perdido peso y su vida misma ha estado en serio peligro.

Hasta ese momento no me había parado a reflexionar sobre todo eso que me habían contado porque, a fin de cuentas, era algo ajeno a mí, aunque fueran mis amigos.

La pancreatitis no tenía nada que ver conmigo. Pero ahora lo estaba viviendo en primera persona. Esa pesadilla era mía y no podía despertar.

Pon atención a estos síntomas

2 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te podría interesar